Fernando García: Criterios para el manejo de la fertilización del cultivo de maíz

Autor: MAIZAR / Fecha: 14/09/07

Fernando García: Criterios para el manejo de la fertilización del cultivo de maíz

El Ing. Fernando García es director del Instituto Internacional de Nutrición de Plantas (IPNI) para el Cono Sur. Su artículo fue uno de los que integraron el Suplemento especial sobre el cultivo de maíz que realizamos conjuntamente entre MAIZAR y el diario La Nación. El Suplemento completo puede ser descargado desde http://www.lanacion.com.ar/destacados/07/maiz/index.asp

 

En las condiciones de producción de maíz de Argentina, nitrógeno (N) y fósforo (P) son frecuentemente deficientes para alcanzar altos rendimientos y, en los últimos años, el azufre (S) se ha presentado como deficiente en numerosas zonas de producción. El maíz necesita absorber 19 kg de N, 3.5 kg de P  y 3.5 kg de S por cada tonelada de grano que produce; es decir que un cultivo con rendimiento de 10000 kg/ha absorbe el equivalente a 190, 35 y 35 kg de N, P y S, respectivamente. Si estas necesidades no son cubiertas por el suelo, debemos fertilizar para alcanzar los rendimientos potenciales de la zona.

Existen numerosas metodologías de diagnóstico disponibles para evaluar la nutrición del cultivo de maíz desde pre-siembra a cosecha. En general, el análisis de suelo es la herramienta básica y fundamental para determinar los niveles de fertilidad de cada lote y diagnosticar la necesidad de fertilización. La información complementaria utilizada para el diagnóstico de la fertilización incluye las características climáticas de la zona, del suelo y su manejo, y del manejo del cultivo.

El N es el nutriente más comúnmente deficiente para la producción de maíz. La disponibilidad de N en forma de nitratos a la siembra a la profundidad de 0 a 60 cm, es la metodología de diagnóstico más difundida. Con esta metodología las necesidades de fertilización nitrogenada se estiman a partir de un nivel crítico según la zona y el rendimiento del cultivo. Así, para rendimientos de 12000 kg/ha en el sur de Santa Fe-sudeste de Córdoba, se ha estimado que debe disponerse de 150-180 kg/ha de N a la siembra. La dosis de N a aplicar es la diferencia entre este valor crítico y la disponibilidad del suelo a 0-60 cm. Otras metodologías para N incluyen el análisis de nitratos en suelo o de nitratos en jugo de base de tallos al estado de 5-6 hojas y, en una escala de validación y utilización menor, los sensores como el clorofilometro o los sensores remotos. Los modelos de simulación también se presentan como una excelente alternativa para determinar necesidades de fertilización nitrogenada ya que incluyen aspectos de manejo, suelo y clima específicos del lote en particular.

Para determinar las necesidades de fertilización fosfatada, el análisis de suelo a la siembra es la herramienta clave. Con niveles de P extractable (método Bray 1) menores de 15-20 ppm, es altamente probable la posibilidad de encontrar respuestas directas a la fertilización con P. Dada la residualidad de P en nuestros suelos, el manejo del mismo también puede planearse dentro de la rotación de cultivos buscando alcanzar niveles de P extractable del suelo de 15-20 ppm o superiores, una alternativa recomendable para campos propios o con contratos de alquiler a mediano o largo plazo.

Los análisis de S en forma de sulfatos suelo no proveen un buen ajuste con la respuesta a la fertilización azufrada. Si bien en redes de ensayos se determino un nivel critico de S-sulfatos menor de 10 ppm como de alta probabilidad de respuesta, se recomienda basar la decisión de fertilización en la historia del lote y su manejo: lotes de muchos años de agricultura continua, con perdidas importantes en contenidos de materia orgánica, con alta frecuencia de soja, bajo siembra directa y con buen manejo de N y P, son probablemente deficientes en S.

Las aplicaciones de N presentan eficiencias superiores si se realizan cerca del estado de 5-6 hojas, aunque aplicaciones tempranas pueden ser igualmente eficientes si la ocurrencia de precipitaciones no es elevada entre siembra y dicho estado de desarrollo. La incorporación de los fertilizantes nitrogenados siempre garantiza menores perdidas gaseosas que las aplicaciones superficiales, especialmente con temperaturas del aire superiores a los 15-20oC. Las diferencias entre fertilizantes nitrogenados, sólidos o líquidos, están relacionadas a estos procesos de pérdidas y las aplicaciones superficiales.

Las aplicaciones de P al voleo anticipado (más de 60 días antes de la siembra) en siembra directa han obtenido resultados similares a las aplicaciones en bandas en experimentaciones recientes, convirtiéndose en una opción interesante especialmente en sistemas donde se busca mejorar los niveles de P del suelo. Los fertilizantes azufrados pueden ser aplicados en pre-siembra o siembra, buscando contar con fuentes que contengan sulfatos, la forma de S disponible para las plantas.

Estos breves conceptos sobre el manejo de fertilización del cultivo deben incluirse dentro del manejo global de la nutrición de cultivos de la rotación, considerando condiciones climáticas y edáficas, efectos residuales, logística, precios, etc. Los resultados del manejo adecuado de la fertilización NPS pueden resultar en excelentes beneficios productivos y económicos para el productor. Se pueden lograr respuestas de 20-40, 45-75 y 30-60 kg de maíz por kg de N, P y S, respectivamente, que se comparan con relaciones de precio actuales de 6.5, 22 y 8 kg de maíz por kg de N, P y S, respectivamente.