Guillermo Eyherabide: El Mal de Río Cuarto

Autor: MAIZAR / Fecha: 14/09/07

Guillermo Eyherabide: El Mal de Río Cuarto

El ingeniero Guillermo Eyherabide es Consejero Titular de MAIZAR – Asociación de Maíz y Sorgo Argentino y Coordinador del Programa Nacional Cereales – INTA. Su artículo fue uno de los que integraron el Suplemento especial sobre el cultivo de maíz que realizamos conjuntamente entre MAIZAR y el diario La Nación. El Suplemento completo puede ser descargado desde aquí:
http://www.lanacion.com.ar/destacados/07/maiz/index.asp

Hace aproximadamente 40 años extensionistas del INTA Río Cuarto dieron la voz de alerta a sus colegas del INTA Pergamino sobre la aparición de plantas con síntomas de lo que luego se denominó Mal de Río Cuarto. Se trata de una enfermedad viral provocada por el MRCV (virus del Mal de Río Cuarto), el cual requiere la participación de un insecto vector, perteneciente al grupo de las denominadas “chicharritas”. Existen un buen número de especies cultivadas (verdeos y cultivos invernales) y de malezas que sirven de reservorio de partículas virales, así como de refugio a los insectos vectores. Desde los primeros informes de la enfermedad, ésta logró hacerse endémica en Río Cuarto y se expandió paulatinamente hasta afectar, en determinadas campañas y con niveles variables de daño, a prácticamente todas las regiones maiceras del país. La primera epifitia de consideración ocurrió en la campaña 1976/77, y la mayor en 1996/97, caracterizada por pérdidas significativas de rendimiento en las provincias de Santa Fé, Córdoba y Buenos Aires. Otras campañas con ataques importantes ocurrieron en 1981/82 en el Departamento Río Cuarto, y más recientemente en el norte de Buenos Aires en 2003/2004. 

La epifitia ocurrida en 1996/97 fue probablemente la más grave, y condujo a un importante recambio de cultivares híbridos. La expansión de la enfermedad fuera del área endémica llevó a considerar la incorporación de mayores niveles de tolerancia al Mal de Río Cuarto aún en los híbridos destinados a la zona pampeana húmeda. En la campaña que finaliza, el virus del Mal de Río Cuarto volvió a hacerse presente en la región pampeana húmeda, con una incidencia mayor a la habitual. Esta ha sido muy variable, y en muchos casos el nivel de afectación pasó inadvertido en lotes favorecidos por las condiciones climáticas que posibilitaron altos rendimientos. De las evaluaciones de cultivares llevadas a cabo en INTA Pergamino en la campaña 2006/07, sólo la sembrada en la primera semana de noviembre permitió apreciar diferencias de comportamiento entre híbridos. Dos tercios de los cultivares tuvieron menos del 10% de plantas con síntomas, y menos del 10% de los cultivares llegaron a 25 y 30% de plantas con síntomas. En el mismo ambiente, un material experimental empleado como testigo susceptible alcanzó más del 50% de plantas con síntomas. Ello revela que el productor, al momento de elegir el cultivar a sembrar, dispone de un amplio rango de tolerancia genética a la enfermedad. Sin embargo el control del mal de Río Cuarto no debe focalizarse exclusivamente en la tolerancia genética a la enfermedad, sino que debe sustentarse en un enfoque más abarcativo, que integre, además, decisiones en otros aspectos que hacen al manejo del cultivo basadas en toda la información disponible. Es importante tener en consideración variables tales como las fechas de siembra, el control de malezas, la siembra directa, la protección que pueden conferir los tratamientos insecticidas en la semilla, y si se dispone de pronósticos de presiembra sobre incidencia del Mal de Río Cuarto. Los mayores daños en el cultivo se producen cuanto más tempranamente ocurre la infección. Situaciones de estrés durante los primeros estadíos del cultivo alargarían la “ventana” de tiempo en que el cultivo está más sensible y expuesto a la población del insecto vector, de manera que todo factor de manejo que asegure una buena implantación y crecimiento inicial debería contribuir a reducir la incidencia de la enfermedad. El manejo de las fechas de siembra busca evitar la coincidencia del nacimiento del cultivo con los picos poblacionales del insecto vector. La información generada y transformada en tecnología para el manejo del Mal de Río Cuarto es abundante, pero la presencia de la enfermedad constituye un alerta sobre la necesidad de continuar haciendo esfuerzos para controlarla.