Marcelo Ferrer: Importancia de las variedades primitivas y razas locales de maíz.

Autor: MAIZAR / Fecha: 14/09/07

El ingeniero Marcelo Ferrer es curador y jefe del Banco de Germoplasma del INTA Pergamino y en su artículo nos alerta sobre la importancia de mantener la variabilidad genética del cultivo.

Marcelo Ferrer: Importancia de las variedades primitivas y razas locales de maíz.

El ingeniero Marcelo Ferrer es curador y jefe del Banco de Germoplasma del INTA Pergamino y en su artículo nos alerta sobre la importancia de mantener la variabilidad genética del cultivo.
                                                                                 
Hasta el comienzo de la agricultura la evolución de las especies estuvo controlada por la selección natural. A medida que avanzó el proceso de domesticación y los primeros cultivos se extendieron a nuevas regiones, encontraron grandes diferencias ecológicas y a menudo las barreras geográficas naturales separaron y aislaron las poblaciones agrícolas.  De esa manera la selección natural y la producida por los agricultores dieron lugar a la aparición de variedades primitivas y razas locales que se caracterizan por presentar elevada variabilidad genética, se encuentran en equilibrio con su medio ambiente y mantienen su productividad relativamente estable por largos períodos de tiempo.
 
El fitomejoramiento plantea una paradoja ya que por un lado se necesita variabilidad genética para mejorar y mantener alta productividad de los cultivos y por el otro algunos cultivares mejorados se difunden ampliamente y su extenso uso provoca reducción de variabilidad genética en las zonas de producción donde tienen éxito. El empleo de pocas variedades uniformes y con estrecha base genética en grandes áreas ha ocasionado graves problemas en diferentes países y en distintas épocas. El ejemplo más trágico registrado fue la “hambruna de Irlanda” en la década de 1840/50 cuando se perdió el cultivo de papa por causa del tizón (Phytophtora infestans) ocasionando la muerte de más de dos millones de irlandeses.  La causa del desastre se debió a la estrecha base genética de los materiales utilizados procedentes de América Latina en el siglo XVI. 

Se considera que, en especies cultivadas, el factor de mayor importancia en la pérdida de diversidad es el reemplazo de las variedades tradicionales y razas locales de los agricultores con amplia variabilidad genética, por materiales mejorados de mayor rendimiento pero con gran uniformidad genética, o por otros cultivos más productivos y/o más rentables.

Gran parte del área cultivada de la región templada y subtropical de la Argentina se encuentra en estado de vulnerabilidad, presentando además erosión y pérdida de diversidad genética, como en el maíz que es un cultivo originario de América y que, según evidencias arqueológicas, fue llevado a través del Ecuador hacia América del Sur alrededor de 5000 años AC, generando un centro de diversidad en Perú–Bolivia, que incluye Argentina, siendo la Quebrada de Humahuaca su límite sur.  El incremento de la vulnerabilidad y erosión genética en las razas locales y variedades primitivas de maíz en Argentina, varía según se trate de las regiones tradicionales del NOA y NEA o en la región maicera principal. En el primer caso se han cultivado una diversidad de razas definidas por diferentes tipos de textura, formas, color, etc., que se adaptaban a variadas situaciones ecológicas y satisfacían las necesidades y hábitos de alimentación. En el Norte el germoplasma ha sufrido variados grados de erosión genética por la sustitución por otros cultivos más rentables o por la introgresión con otro germoplasma, que si bien originan nuevas potencialidades aceleran la pérdida del germoplasma con mayor variabilidad y adaptación. En la región maicera núcleo de la Pampa Húmeda se cultivaba el Maíz Plata de tipo de grano amarillo anaranjado intenso. En la década de 1920, se introdujeron las primeras variedades comerciales y durante la década de los años 50 se inició la difusión de los primeros maíces híbridos. Actualmente en la Región Pampeana desapareció la totalidad de las poblaciones de maíz Plata y de otros tipos antiguamente cultivados, los que fueron reemplazados por híbridos comerciales o por otros cultivos.

Conciente de la situación el INTA implementó la colecta sistemática de razas locales de maíz comenzando en la década de 1950 y se extendió, en una primera etapa, hasta 1968, abarcando la Región Maicera Central y algo del NOA. Posteriormente, entre 1977 y 1986 con la colaboración del IPGRI (ahora Bioversity Internacional), se realizaron 10 giras que cubrieron casi todo el país, recolectándose 2115 entradas. En 1994, se realizó una nueva gira por el NOA. Actualmente la colección de germoplasma del Banco de Germoplasma de Maíz de INTA cuenta con más de 2500 entradas que incluyen razas locales, compuestos raciales y duplicados de materiales mejorados. Las razas locales pertenecen a 44 tipos diferentes de maíz que presentan características de adaptación a condiciones ambientales, de producción y de factores de calidad que los hacen de interés para los programas de mejoramiento. Su conservación se considera estratégica ya que pueden tener genes de importancia actual así como para el futuro.