¿Qué vamos a hacer con tanto maíz?

Autor: MAIZAR / Fecha: 18/02/11

El sistema de cupos de exportación y el errático cálculo de los saldos exportables crean una artificial sobreoferta de maíz que impide que los mercados funcionen con fluidez y que los precios se formen normalmente

La Asociación Maíz y Sorgo Argentino (MAIZAR) solicita la urgente apertura de las exportaciones de maíz sin cupos, cuotas o restricciones. A pesar del impacto de la sequía en los rendimientos por hectárea proyectados, las estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires muestran que la producción de maíz de la campaña 2010/11 rondaría las 20 millones de toneladas, marcando una caída de sólo un 10% respecto del ciclo anterior, récord histórico de producción. Esta cifra garantiza el maíz necesario para cubrir el abastecimiento interno que, sumado al resto de los granos forrajeros, aseguran una holgada oferta que permite también continuar exportado y conquistando nuevos mercados.  Si no se abren las exportaciones, ¿qué vamos a hacer con tanto maíz?

La liberación de las ventas externas es una medida indispensable para normalizar la comercialización del cereal, que no pondrá en riesgo el abastecimiento interno ni afectará los precios de los productos que utilizan al maíz como insumo.

Independientemente del volumen de la cosecha, necesitamos contar con exportaciones abiertas durante todo el año. El sistema de ROES y de cupos a la exportación crean siempre sobreoferta de maíz que impide que los mercados funcionen con fluidez y transparencia, generando quitas de precio que afectan a toda la cadena de valor del maíz. La única manera de lograr un mercado competitivo, que aliente la inversión y que desarrolle el máximo potencial de todos los eslabones de la cadena de valor del cereal es contando con declaraciones de exportación automáticas que permitan el normal proceso de formación de precios.

Los erráticos cálculos de “saldos exportables”, limitando las exportaciones, siempre han subestimado la oferta generando situaciones en las que el mercado reacciona ante estos artificios con importantes quitas a los precios de paridad.

De esta forma, los productores y toda la cadena de valor que en esta campaña apostaron a una mayor inversión en tecnología sufren no sólo el efecto inevitable de la sequía sino también un daño innecesario generado por las intervenciones al mercado.

La cadena del maíz necesita una señal para que en las próximas campañas podamos generar un fuerte aumento del área de siembra del cereal y aprovechar a pleno el contexto mundial marcado por una importante reducción de los stocks internacionales y un fuerte aumento de la demanda de maíz y de sus productos derivados. De lo contrario, veremos una vez más como otros países aprovechan las oportunidades que la Argentina deja pasar.